Si la desidia se personificara se llamaría Penélope. Velero abandonado por sus dueños en el puerto de Águilas, mil veces denunciado por parte de las autoridades locales y portuarias de nuestra localidad acabó con su hundimiento fechas atrás. Lo he visto deteriorarse estos últimos años, saqueado, expoliado de su belleza anterior ante la vista de todos y acabando hundido con la pasividad y vergüenza que nos caracteriza.
¿Quien pagará su rescate?
martes, 7 de febrero de 2017
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